Onanismo vertical o de cómo tenerselas con uno mismo en eso de escalar en solitario



Un post en caranorte vuelve a pegar en el tablón de anuncios de éste, nuestro micromundillo colectivo, preguntas sobre el apasionante mundo del onanismo vertical. Es decir, sobre eso de pasearse solo por las tapias, sin más compañía ni compañero que uno mismo. Addicción que se pega más que cualquier otra cosa, dependiendo siempre, claro está, de nuestra tendecia a la obsesión compulsiva y de nuestra habilidad para hablar con las piedras.

Sin querer ser exhaustivo, porqué la cosa daría para un libro, pero sin querer tampoco que el tema se termine pareciendo a un artículo del amigo Tino, dejen que menda les cuente una de las muchas formas de escalada en solitario.

A sabiendas de que cada maestrillo tiene su librillo y de que contra técnicas y preferencias personales no hay nada que decir, me centraré en el uso que hago del Soloist . Y eso no es garantía de nada.

** Aviso: si no les interesa el tema mejor lo dejan, señores. Es un auténtico tostón de post.

Antes de contar la receta en detalles, vamos a lo general del menú:
Escala solo por placer. Olvídate de las grandes gestas de Bonatti o Messner. Cuando hayas repetido un centenar de largos en solitario ya te plantearás abrir o repetir historias realmente difíciles.

Y ara, los detlles

1. Cuánto más gordita, más gusto! (absténganse de segundas lecturas, damas y caballeros).

Cuerda de 10,2: Cuanto más gorda es la cuerda, más placer le da a uno escalar porqué escala seguro. No obstante, 10 con 2 es lo que mejor corre a través del Soloist y te permite darte cuerda sin mucho esfuerzo, pudiendo escalar incluso sin tener que darte cuerda ya que, a menudo, ésta corre solita a través del trasto.

La cosa se ve delgadita, sobretodo al recuperar el largo, pero merece la pena no tener que tirar de la cuerda como si en el extremo hubieran atado un piano.

2. Cuando vas solo no se queda nadie en las reuniones para desenredarte el tema y si la cosa te pilla a medio largo, has pillao y vas pillao. Así que como decía el maestroonanista: "Al loro!"

La cuerda, ni en la espalda ni colgando del arnés: Si te mola ponerte de los nervios átate la cuerda en varios bucles al arnés, como cuando inventaron el Silent Partner, que más que un "companyero silencioso" vendría a ser como una especie de jefe torracollons. El lío terminará siendo monumental y eso no es escalar. Si por el contrario lo tuyo es el onanismo plaisir ordena la cuerda de modo que parta de la R sin enredarse y sin que el peso te moleste.


Opción A: En la R hay una repisa donde ordenar la cuerda, de modo que se amontona empezando por el extremo del cabo libre: así a media que escalas la vas estirando sin que se enrede (ojo con bloques, raíces, etc. si hay).

Opción B: En la R no hay repisa, cuelgo la mochila con la tapa abierta y ordeno la cuerda dentro, sin nudos, empezando por el extremo del cabo libre.

* Dejar la cuerda colgando libre a media tapia es una temeridad. Piensa en el viento y sus amiguetes los salientes, los arbolitos y los matojos. Todos esperan su minuto de gloria para amargarte el día ;) por no hablar del peso muerto que supone un 60 de 10 con 2.


3. Ay! Esos nudos gordianos...
Nudos de seguridad: La distancia entre tú y tu nudo la decides tú dependiendo de lo difícil del largo, de si es artifo delicado o no, de lo selvático del percal, etc. Recomiendo un solo nudo que deshaces y vuelves a hacer a medida que vas escalando y te lo vas encontrando. El nudo cuelga libre y no va atado al arnés con un mosquetón.

*Hacer todos los nudos antes de meterse en el fregao puede terminar en otro tipo de fregao, mucho más molesto y liante.

4. En las reuniones me podría pasar una vida entera de técnica tóxica... Pero entonces, nunca terminaría las vías!


El triangulo hay que dejarlo dirigido hacia una posible caída para que trabaje bién. No cuelga ningún compañero de él, de modo que habrá que tensar la cuerda des del primer seguro para dejar los moscatas bién colocados. Una goma de carpeta con un prúsik servirá. Claro que también puedes pasar de este punto.

* Olvídate de la típica cinta en un seguro de la R del tipo "así me evito el factor 2". Olvídate, de hecho, del puto factor 2: ya verás, te sentirás increiblemente liberado! Serás un hombre nuevo. Un hombre sin factor 2.

* Al loro en reuniones montadas con empotradores varios: Para descolgarse y recuperar el largo trabajarán hacia abajo, pero yendo de primero, tendremos que recolocarlos mirando hacia arriba, no sea que vayamos a arrancar todos los friends y tascones a la primera de turno!

* Disipador en el vértice del triángulo: Nunca lo he utilizado, pero cierto es que podría ser útil en largos muy comprometidos tipo artifo extremo. Está claro que andar montando y desmontando el disipador en cada R es un martirio, y aquí lo que buscamos es placer y velocidad de crucero, señores!

5. Como jode lo que llega a pesar la cuerda!
En solitario pesan dos cuerdas: la que viene de la R y el cabo libre. Cuando llevas escalados treinta metros (con un sesenta) ya estás cargando todo el peso de la cuerda. Y eso jode.

Para evitar el susodicho engorro, hay un par de trucos que funcionan:


# 1: Pasar el nudo de la cuerda libre por un mosquetón (al loro con liarla!) para que el mosquetón aguante el peso del cabo libre.

# 2: Hacerle un nudito a la cuerda que viene de la R que se pueda deshacer de un tirón en caso de caída (ver foto que la cosa es complicada). Un machard con una gomita también funciona para este último caso, pero es más entretenido.


6. Recuperar el largo es hacer la vía dos veces!
Lo que mejor funciona para recuperar el largo es el Croll, que con un machard o un prusik y un estribo para los tramos más tiesos queda la mar de arreglado. El Tibloc no ocupa nada i se monta y desmonta en un plis.
El Croll para vías en libre es una pasada, ya que te permite volver a escalar el largo de nuevo. Sin embargo, hay que prestarle atención ya que es el único trasto que nos une a la vida.

Pero no todo es fácil y en libre.

* En vías duras mejor te llevas un Jumar además del Croll. Incluso es recomendable llevar una cuerda auxiliar en paredes con desplomes, techos o travesías o en tapias muy largas en las que abandonar a base de rápeles de 30 metros podría ser peligroso.

7. Y el séptimo día lo juntó todo y se hizo un lío monumental:

Te plantas en el pié de vía. Antes de escalar montas una reunión. Puedes utilizar un árbol o lo que sea. Tú eliges, pero no metas chapas.

Ordenas la cuerda empezando por el cabo libre y tirándola al suelo, de modo que el cabo atado a la R que pasa por el Soloist es el que va saliendo del montón y la cuerda no se enredará (ojo con las raíces).

Escalas tensando la cuerda en el primer seguro para dejar el tema bién orientado. Haces y deshaces el nudo de seguridad a tu gusto.

Llegas a R1, pones un moscata o una cinta y pasas la cuerda que sale del Soloist. Te aseguras, vaya. Esto te permite colgarte tranquilamente.

Montas R1, recuperas toda la cuerda libre, atando el cabo en uno de los seguros de la R y redirigiéndolo al punto central del triángulo.

Te pones el rapelador y pasas la cuerda que cuelga de la R.

Desmontas el Soloist y dejas correr la cuerda hacia abajo.

Rapelas sin quitar los seguros de la pared, rechapándolos a la cuerda como si estuvieras en un bordillo, dejando el tinglado montado para que el compi se lo curre en toprope.

Ya en el suelo, te quitas el rapelador, montas el Croll y tiras millas hacia la R1, ahora sí, recuperando el material.

En R1, recuperas toda la cuerda.  Una vez recuperada, la ordenas empezando por el cabo libre, ya sea en la mochila o en una repisa.

Empiezas el segundo largo y vuelta al ruedo.


Quizá lo mejor de ir solo es el "non stop partying". Solo paras cuando quieres, de modo que puedes tirarte una jornada completa sin parar de escalar, arriba, abajo y recuperando. Personalmente, me parece algo tipo "la escalada total" anque, eso sí, sin la compañía de un buen amigo o amiga. Estás tú y tú decides cuando darle el alto a la fiesta.

Seguro que me dejo algo. Esto no es un libro ni ofrece garantía alguna. Nada como la experiencia e ir solventando los problemas cuando van apareciendo, sobre el terreno, para aprender de verdad y no dejarse nada en el tintero.

Links relacionados aquí:

Sobre el dichoso peso de la cuerda.

Ferralling 'n petating alone o sobre cómo arrastrar el petate solito y carretear montones de material en largos de artifo comprometido.


Grimpacòdols: Quin perfecte mar de pedra per perdre's-hi a la deriva!




A la Nord de Montserrat, deixada de la mà del déu de les modes, queden pocs murs on encaixar una via sense que l’experiment requereixi un estudi previ. S’obriran, encara, un munt de línies més; i fer com en Rodés i en Labranya a finals del setanta i dir que ja no queden ni fissures ni murs on escalar una primera, seria una temeritat en la qual no cauré ara.

Però és curiós que, des que amb en Paca vam escalar la Grimpacòdols, diferents persones de procedències i generacions diverses, m’han comentat que ells una vegada també van clixar la cara Oest del Bisbe amb la intenció d’obrir alguna cosa a l’esquerra de la Reina d’Escòcia.

Secretament, però, cal felicitar l’amic Josep E. Castellnou. Els espits emplaçats per ell mateix a la tàpia a principis dels anys 90 (?) em fa l’efecte que durant anys han convidat als escaladors amb afany de fer-hi una primera, a abandonar la idea del Bisbe. Això, la distància a caminar i la tàpia: absolutament compacta, verticalíssima i amb un aspecte prou sever com per deixar clar que sense una voluntat de ferro, la cosa no seria fàcil de vèncer, han fet que molts escaladors abandonessin finalment la idea.




“És una via de feina”, diu en Paca mentre baixem cap a Can Massana després d’un primer dia de curro intensíssim. “D’anar fent sense descans”, afegim. Never stop dancing: la voluntat de fer-ho sobre la taula i la mandra, tancada amb pany i clau.

Per avui ja n’hi ha prou. Ens hem marcat un boogie agonitzant per la selva que dóna entrada a la Carrizosa-Coll i a la Reina, hem repetit una burinada rumbera amb pinta d’anys vuitanta-naranjito i mundial i en Paca li ha tibat una vintena de metres elèctrics d’una enrampada que no baixarà de l’A4.

El company navega a la deriva en un mar de conglomerat d’onades suaus que desploma un pèl i més enllà de la vertical, la roca li va oferint un regal de petits forats. Falques, ganxos, ploms, pitonisses, un tricam blanc i algun pont de roca. Planta una parell de bons pitons i cap avall que és tard i vol ploure.

I aquesta és la idea: pugem diversos dies a treballar, encara que avancem de llarg en llarg i ens florim a les reunions mentre l’un o l’altre es curra el llarg. Estàtica de l’onze i quan la cosa estigui prou avançada, li manxarem en un atac final de tres dies. Els tres dies que la vida ens regali, perquè entre “curros” i famílies és més difícil trobar el temps que no pas obrir la via.




De cop i volta, però, ens agafen les presses i els dos coincidim, com per art de màgia, a tirar endavant l’atac definitiu, tot i que el seny ens diu que som lluny del cim per confiar en tres dies de feina per sortir per dalt.

I és dilluns i no hem quedat ni a Santa Cecília ni al Bruc ni a Can Massana. Hem quedat directament a la tàpia. Deixo els nens al cole i enfilo amb el petroll pel corriol dels Frares. El veig lluny, perdut en aquell mar de pedra gris inmens. A la quarta reunió muntem un petit hotel de cinc estrelles. Hi som com a casa, amunt i avall, guanyant-li un metre darrere l’altre al Bisbe.

La nit de dimarts no ho tenim clar. Si la roca no convida, si el Bisbe insisteix a passar-nos factura trenta metres més i s’imposa de nou un artifo feixuc d’anar fent sense presses, podria ser que demà no sortíssim per dalt.

Però arriba dimecres i en res som a la sisena reunió. He esmorzat jumars i des d’aquí i de bon matí, la cosa pinta bé. Agafo l’imprescindible per no estavellar-me i grimpo amunt, esquivant un parell de panxes. Sense passar massa por ni suar gaire, el Bisbe ha decidit absoldre’ns i ens ofereix preses fantàstiques en un recorregut sinuós però factible. Una estoneta d’angoixes i penjo sota la boleta. El cim és només una vintena de metres sobre els nostres caps.

Però manxar-li a fons als burinadors fa que aquestes broques de joguina s’acabin esberlant i la feina s’ens acumula i posa a prova la nostra paciència. Finalment ja hi som, el tenim. El cim és nostre i la Grimpacòdols deixa de ser un projecte pendent per dibuixar-se en una ressenya que esperem que us convidi a intentar aquesta meravella de tàpia. Feina, us ho garantim, en teniu.

Essències Montserratines XXXII:, ED-, A4, 240 mts. El Bisbe, Frares Encantats


Aquest bigwall amb les expansions justetes arrenca, de fet, a partir del tercer llarg. Aprofita el primer tram de la Carrizosa-Coll i una trentena de metres oberts entre finals del setanta i principis dels vuitanta amb burins en força bon estat.

Les reunions, excepte la cinquena que cal reforçar amb un parell de pitons falcats, les hem deixades completament equipades amb parabolts del vuit i alguna burinada. Tots els llargs són entretinguts. Destaquen el tercer i el cinquè, ambdós oberts per en Paca: “Deriva non expansion”, A4 de curro i sense expansions, amb roca boníssima i bastants forats; i “La llastra”, un A3+ curtet però intens, on caldrà barallar-se amb una fissura delicadeta.


A “Taco Bell” caldrà dur-hi un parell de tacs mitjans. Dos parabolts ajuden, però la feina hi és assegurada. L'”Skyscreaper” escala el tram més compacte de la via, amb força burins i algun parabolet a la part central del llarg. L'entrada i la sortida, però garanteixen que el fluxe d'adrenalina no decaigui!

Per arribar al cim ens quedaran dos llargs relativament ràpids i d'una bellesa brutal. Un tresor per arribar al cim més que contents, una sensació semblant a la d'aquell “sexto grado de felicidad” que explicava en Picazo quan va aconseguir escalar aquell també increïble esperó dels Ecos.



Pot de registre


Aprofitant una visita a les Agulles pengem el pot de registre a la Directa del Maluta a la Bandereta. Pel que sé, encara no té segona, tot i un intent recent de l’amic Xavi i un company que s’acaben despenjant del segon llarg, per mi, el més difícil de la via, ja que tot i els espits, és probable que us regali alguna caigudeta.

Dins del pot, amb el permís de la família, que en aquestes coses té veu i vot, posem un click pirata. Uns dies abans vam ser a Sant Benet escalant i recordant al Crow. Vola alt i menja’t el món.

****

Per accedir al cim de la Ven-Suri-Ven apretem els culets per la Vendrell-Surinyach-Ventura, que precisament dóna nom a l’Agulla. Una clàssica un pèl abandonada amb regust d’oblit i algun pas bonic. L’objectiu era l’Original; però perdo de vista els burins que haurien d’unir la xemeneia amb la fissura penjada sobre la cara Oest.

El matí, però, l’hem arrencat repetint de nou una d’aquelles semi-clàssiques reequipades pels propis autors de la primera. Malauradament, sovint els parabolts hi creixen com bolets en una tardor plujosa, després de reequipaments d’aquest estil. Vies més segures per a temps menys segurs.

Al cim xerrem amb dos veterans. “Els catalans som molt prudents”, em diuen. Tot ve perquè els explico que a l’Urriellu, a Astúries, a la via considerada la Normal, on s’amunteguen cordades de tota mena, hi ha llargs completament nets. “¿Com estarien aquestes clàssiques si, el Naranjo, el tinguéssim als Pirineus?” –pregunto– “si en una clàssica com la Rabadá-Navarro encara t’has de muntar alguna reunió al gust” –afegeixo.

Els catalans som molt prudents i a mi, aquest és el factor dos que més m’agrada.


El sistema se resiente



El sistema està que trina. La societat s’enfonsa, creix l’atur, s'esmicola l'estat del benestar, les administracions ens apreten cada vegada més; però no a tots. Als bancs ni tocar-los, no fos cas que deixessin de guanyar el que la resta perdem. I l’escalada? L’escalada també pateix una crisi sense precedents. Es troba en un punt d’inflexió de futur tan incert com indecent. Si és que a això, se li pot dir, encara, escalada.

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