Cago, luego escalo


Cago, luego escalo o debería ser escalo, luego cago? Quizá dependa de un café. O de un bordillo con el grado un poco apretado. O puede que la cosa vaya en función de lo capullos que podamos llegar a ser “un momento dado”. A decir verdad, y paseando por alguno de los más concurridos y exitosos rincones del climb más free, no sé con cuál de las dos ocurrencias quedarme.

Hay sectores que se han convertido en auténticos cagódromos al aire libre para uso y disfrute del personal más aguerrido. Bájense los pantalones (tejanos, si pretenden pavonearse a la ultimísima moda por la vertical de chapa abundante y escasos metros), enseñen esos culitos curtidos al viento, aprieten, soplen y caguen. Porqué el cagar es delicioso para uno mismo y sabido es que en sector frecuentado hace no solo nuestras delicias sinó también las del público general. Sepamos disfrutar, pués, de tan agradable desecho sin manías y alcemos nuestras copas celebrando aquello de que mi mierda es vuestra mierda y vuestra mierda es mía como la que más. Salud!

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