Donde se habla de todo lo referente al animal humano que gusta / depende por completo de la vertical y de las consecuencias vitales de dicha adicción y demás locuras, manías, estupideces y ocurrencias un día cualquiera.

El petating es una de las pasiones de la escalada big-wallera. Uno de los complementos indispensables para convertir la escalada en "casi" lo de menos y hacer de la estancia en pared -más o menos prolongada- un estilo de vida que engancha hasta límites insospechados.

Pero ese way of life vertical requiere un sinfín de chorradas: equipo de alta fidelidad, alta cocina, un saco bién mullido, agua a punta pala y una retaíla de bebidas para amenizar mañanas, tardes y noches. Un sinfín de chorradas que hay que meter en alguna parte.

Esta parte es el petate y subirlo los metros que tenga la tapia elegida es el petating, que nada tiene que ver con el peting, pero que puede llegar a dar muchísimo por el "pet" con las desagradables consecuencias que ello conlleva.

A continuación, damas y caballeros, un sistema como otro cualquiera para remontar tan molesto elemento cuando se escala sin otra compañía que los pajaritos y los murciélagos.

Las fotos hablan por si mismas, de modo que veanlas y juzguen ustedes mismos. De lo que se trata es de aprovechar el rápel que da comienzo a la recuperación del largo escalado para remontar el petate simplemente con nuestro peso (primera foto de la serie).

La cosa requiere, sin embargo, que el petate cuelgue de la reunión con una simple fi-fí. Al tirar fuertemente de la cuerda auxiliar recuperada se suelta y ahí empieza el petating sin esfuerzo que sugiero a sus señorías.

El sistema, por tanto, no es apto para cardíacos con la imaginación embalada (no fuera que mientras escalo el largo se suelte el petate y me mande a mi, a los pajaritos y a los murciélagos a can pistraus).

** Gràcies a kpujo.com per les fotos a l'Aeri.