Que cada Sísifo aguante su pedrusco
by Bullarolas
El otro día andaba plafoneando en la Panxa, un tiempo depués de no dejarme caer por la Zona Hermètica de Sabadell, por aquello de que con el sol en las tapias hasta las 21:00, uno aprovecha para salir a escalar de verdad, y viví una escena que quizá la mayoría de los que estamos metidos en este fregao, repetimos absurda y constantemente.
Basta un mes de vía larga, alejados de la resina de Gárgola, para perder el punch sudado con tanto esfuerzo y tanta sesión de entrenamiento. Aún sin perder el grado, pués igual has estado apretándole varios días por semana, en el plafón ya no eres el mismo. Flaquenan las alitas y los dedos y el antebrazo y en poco rato le llega el turno al espíritu. Ese pasito con el que hace un mes vacilabas a las nenas ya no te sale con la elegancia de Tonny Manero. Tiemblas, sudas, resoplas, te das un golpe en el codo con esa presa gorda, un golpe que duele y más que la danza del cisne, la cosa termina pareciendo una versión barriobajera de los Yudas Prist.
Dicen que el invierno es para recargar las pilas que pierdes con el buen tiempo, cuando, de hecho, te agarras a las rocas de verdad. Lo nuestro es como lo del viejo Sísifo. Condenado eternamente a remontar un pedrusco hasta la cima de una montaña, el tipo nunca lo conseguía. Resbalaba, se despistaba o se quedaba crujido en el útlimo momento. Da igual. Sea como fuere, nuestro amigo perdía la piedra y tenía que volver a empezar con el currele. Y eso, una y otra vez.
Cuentan que se burló de la muerte y de los dioses en repetidas ocasiones. Que por eso le castigaron. Sin embargo, Camus se lo imagina dichoso: "el esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre", decía acertando. Y aunque la cosa que nos lleva al plafón, vista desde fuera es, aquí que nadie disimule, radicalmente friqui; nos llena el corazón. De modo que seguimos en la brecha y seguiremos hasta que nos lo prohiban o hasta que el cuerpo aguante.
"Ya no nos dejan ni jubilarnos en paz", le espeto a un colega de fatigas, mientras comentamos la jugada. "Si hasta con 70 tacos puedes pasearte por el escalón Hillary... ¿Cuándo dejaremos de torturanos en el plafón? Ya ni siquiera podremos retirarnos en las arestes Brucs"...
Etiquetas:
antropología escalatoria
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4 garlantes:
A LA PANTXA DEL BOU,NI NEVA NI PLOU NI S`ECALA ....
Y si a la roca te da por sumarle horas de bici.. de arqueria... y mis horas de biblioteca "jincando"
codos... al final.. lo único que me queda y me deja mostrarme en todo mi esplendor, es..el...
ajedrez.. !!! :-)))))
A seguir Sisifeando mientras podamos... ;-)))
Cal "aguabntar" certament...el problema és que quan la escalada es converteix en un fet ADITIU ( no adictiu)...+ENTRENO=+GRAU, es torna rutinari i bastant desmotivant...
Queda clarq ue a aquest fet cal sumar-li allò que realment crec que MAI deixa de motivar: la CREATIVITAT i l'APRENENTATGE...projectes...
I no calq ue sigui res NOU en el món alpí, sinó quelcom nou en la nostra experiència...
Sisifear hasta el infinito... és la nostra condemna, igual que ho va ser la se Sísif. Mai arribava a deixar el pedrusco al cim.... En l'escalada et pot passar el mateix. De fet penso que som un tipus de friquis i que el problema no el tenim amb l'escalada si no amb tot a les nostres vides!!!!
Paca... no s'escala. Es fa gimnàsia vertical, però ens permet passar la tarda (sobretot a l'hivern) i creure que després a les tàpies triumfarem (fet completament discutible..)
Tranki, projectes.... indispensable per tirar milles. Crec que és el millor d'aquesta falera: que mai s'acaben els projectes. N'hi d'improvisats, de meditats durant anys, d'impossibles...... és fantàstic.. alimento para nuestras mentes hambrientas..
salut i projectes, no rutines!
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