Encuentros en la tercera fase o la astrofísica del jumar

El caminito que sube hasta el Collet del Miracle ofrece una aventura digna de esos días en que te sientes más montserratino que nunca, cruzando parajes que te parecen secretos, aunque no lo son, y navegando por pendientes en las que uno tiene que adivinar la senda que te descubra el pié de vía objetivo de deseos igualmente secretos.

Así estábamos, compi y menda, intentando acceder a la noroeste de Sant Jeroni para hacerle una visita a la tan cacareada Nubiola-Torràs. La TiM supera con creces esta línia en la tapia con las chimeneas más largas del macizo. Sea como fuere, compi visitaba por primera vez la norte de Montserrat y todo lo que sabía de chimeneas implicaba a un lobo y a tres cerditos un poco más que cabrones, porqué no decirlo.

Así pués, me decidí por la Torràs-Nubiola (ara no sé exactamente cual es cual, però para la historia objeto de este post eso da igual). La llegada a pié de vía, como ya ha quedado meridianamente claro, consistió en un delirio para los sentidos en esa soledad apabullante que ofrecen algunos rincones del macizo.

Fue al cabo de un rato cuando conocimos a Miguel.

Però, anem a pams. La Torràs-Nubiola es fácil. Sobre el papel, no pasa del cuarto superior. Líate luego por esa chimenea: ni un solo buril en largos difícilmente protegibles y reuniones de museo no aptas para gentes que te sueltan eso de que “los tiempos están cambiando” para justificar sus confusiones en cuanto a restauraciones y reequipamientos se refiere. En resumen, es fácil si a menudo te sientes imbuido por algo parecido a lo que movió a Josep Maria Torràs i Joan Nubiola a dejar la chimenea como la dejaron un 18 de junio del año 1950.

En medio del primer largo, unos jadeos tipo 6a Haus-Estrems a la Mòmia rompen el silencio y el cúmulo de sensaciones experimentadas hasta pié de vía se desvanecen. Los jadeos rebotan dentro de la estrecha chimenea. Los oye menda y los oye compi. Le cuento que debe de haber una cordada en la vecina vía TiM. En la salida de la llastra hay un V+ del copón bendito que bién vale una ración d’essències montserratines. Los jadeos se acercan, angustiados, color nubarrones que huelen a gran hostión al canto.

Alguién está sufriendo de lo lindo. Debe de ir solo. No comenta la jugada con nadie y por lo cutre del momento, si tuviera a un compañero en la reunión algo le diría. Ese alguién es Miguel.

Lo averiguo tras lanzarle un hola qué tal tu por aquí y yo por allá. Me equivoco a lo grande. Miguel está en el mismo lado de la llastra que noseotros, unos metros por encima de mi. Pero cómo, me pregunto para mis afueras. En la misma vía y destrepando, a punto de vencer el tercer largo en sentido inverso.

Los experimentos de laboratorio con materiales peligrosos y altamente sensibles es algo que durante generaciones ha atraído al ser humano. Y la escalada no se libró de tales inventos. Miguel resulta ser un humanista. No sólo ha decidido seguir al pié de la letra esa joya que es Montserrat: Las más bellas ascensiones sin consultar con el personal el estado actual del tema (teniendo en cuenta que Picazo prpone como aproximación a Sant Jeroni coger el Aeri, sería lo más lógico). No. Miguel ha ido más allá. Cuando empiezo a preguntarle en la distancia (apenas veinte metros que separan la R1 de la R2), me entero, no sin cierta dificultad para conponer un cuadro de la situación (desde el punto de vista técnico, todo un problemón) que está rapelando la ruta en simple. Miguel además de un humanista es una autodidacta.

Mi ilusión asegurando a compi des de la R1 es que no tengamos que compartir esa fantástica instalación con dos buriles, tres personas, una de las cuales son Miguel y su experimento.

Me cuenta que su idea era (lo dice en pasado, porqué después del dolorosísimo encastamiento se ve que ya tiene decidido volver a casa) rapelar la Torràs-Nubiola y luego escalar la Nubiola-Torràs. Todo eso, con una sola cuerda y atándola a la reunión de la cima. Me tranquiliza cuando me cuenta que no se va a mover de la R2 hasta que pasemos menda y compi.

Sin embargo, la cosa no me cuadra y le digo que no me lo imagino subiendo y bajando tres veces cada uno de los largos de la vía. Le pregunto como es que no ha rapelado en doble cuerda pero no contesta. Miguel está experimentando y un menda debe de ser un inútil. Eso lo tiene muy claro pués a pesar de que le animo a solucionar el problema y terminar su escalada y le ofrezco un maillón y un par de “bagues” el tío se niega a desvelar los secretos de su Frankestein particular.

La cosa se complica cuando sin querer nos lanza una par de bolos de concurso en bolera para imanes del riesgo extremo sin necesidad. Menda y compi ya estamos refugiados bajo el techo de la R1 por lo que Miguel no consigue, eso me parece entonces a la vista de los bolos, su tan deseado strike. Compi y menda susurramos un plan para escapar con vida por arriba. Voy a volar hasta donde esté Miguel para controlar, aunque sea sin permiso, su experimento.

Eso hago y es entonces cuando al tipo empiezo a caerle realmente mal. Me dice que no, pero yo insisto y le cuelgo del arnés un maillón y un par de cordinos cutres. Luego le invito a escalar la chimenea por la parte exterior para evitar nuevas y ya no tan enriquecedoras sesiones de jadeos on line para mentes calenturientas absolutamente debocadas.

Pero Miguel no me hace caso. De su baudrier saca un par de jumars, un shunt, unos pedales hechos a base de cinta de cinturón de coche y a unos metros de mi empieza a remontar la cuerda. Con lo que le sobra decide hacerse una cola estilo vestido de novia a base de bucles. Un imán para el riesgo extremo, eso ya lo he dicho antes, y un imán para todos los bloques medianamente sueltos de la chimenea, que son unos cuantos.

Le sugiero que espere a que compi pase delante de él, pués parece que pretenda re-esfaltar la Torràs-Nubiola y le invito a soltar el cabo de cuerda para no terminar con cualquier forma de vida que transite por el pié de vía. Pero tampoco me hace caso. Él se ha decidido por un Roberto Verino de cola larga con incrustaciones de pedrería estilo lluvia de bolos que te cagas.

De todos modos, y tras un par de comentarios que le sitúan en la escena (yo he terminado por pintarme el cuadro, pero él todavía estaba con los bocetos) Miguel accede a esperar a que compi pase por la R2 y llegue hasta la R3, donde ya estoy.

Me miro las pitonisses de infarto de la Hurtado Carbonell y la boca se me hace agua. Así paso el rato hasta que compi se reune conmigo. Por fin hemos dejado atrás a Frankestein, el Doctor y su novia.

Digo lo de la novia porqué a Miguel le hierve el cerebro con nuevos y explosivos proyectos desde que compi ha rebasado su posición. Me entero porqué, en palabras de compi (una chica de una belleza extraordinaria en el sentido literal de la palabra), nuestro amigo Doc la ha invitado a pasar por encima de él sugiriéndole movimientos de una complejidad técnica poco habitual en una chimenea que no llega a cuarto. Compi le ha lanzao un “ya te gustaría” y ha brincado por el espolón con una gracia que (aquí coincidimos) las caderas de menda y de Miguel ya no aguantan.

Miguel ha puesto carita de moix.

Le dejamos atrás y también a las pitonisas de la Hurtado (que no por adivinas nos han convencido). Sigo escalando. Con una cuerda de por medio no es lo mismo, pero hay que respetar al prógimo (que no pródigo, eso queda claro).

Menda llega a la cima y compi también. La multitud de turistas acumulados me recuerdan la narración de la primera de la TiM, cuando los escaladores tuvieron que aguantar los disparos de los turistas encantados con los ecos dels Ecos, un pasatiempo habitual en la cima de Sant Jeroni en 1950.

En una sabina Miguel ha atado su mochila, una caja cuadrada gigante de la que sobresalen unos bastones de esquí plegables. Menudo currazo, subir hasta aquí arriba por la Canal de Sant Jeroni con tamaña carga. No hay como ser joven, tener tiempo e ilusión por los experimentos (y por los movimientos de una complejidad técnica poco habitual en una chimenea que no llega a cuarto).

4 garlantes:

Anònim { 19/7/09 22:39 }
mmolt bona aquesta,un dia podriem fer entre tots i totes un blog nomes d'anecdotes montserratines.segur que seria prou interesant.una abraçada.sergi.
TRanki machin { 20/7/09 09:56 }
hahahah!

Bolleroleix! Molt bona...i l'estil narratiu ANTULOXICH!

Setmana vinent menda es rodrigues i té una MAKITA...ja mus posem en qntacte...

deeew
Anònim { 24/7/09 16:38 }
JUAS JUAS JUAS,ets el putu amo de la barraka...a veure si tornem a colonitzar catan...
Bullarolas { 25/7/09 20:23 }
Juas, juas... em sembla que amb tan viatge amunt i avall fins a la tardor no hi haurà gaire moments per reunir la penya farro-escalatòria.

Sergi, n'hi ha un miler, d'anècodtes, i de molt més bones i sucoses. I més enllà de les piades habituals! Si és que les historietes és el que més mola.. batallitas de iaietes.

Tr. no em matis d'enveja que ja en vaig tenir prou amb la vostra visita a la petxina de Cregüenya. Tinc setmanes de poca makita i molts somriures a jefecillos varios (los que no stan de vacaciones, que son pocos) :Ç
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