Donde se habla de todo lo referente al animal humano que gusta / depende por completo de la vertical y de las consecuencias vitales de dicha adicción y demás locuras, manías, estupideces y ocurrencias un día cualquiera.

Llegan las vacaciones de verano y la mayoría de los climbers del lugar ocupan la cabeza en impresionantes viajes allende los mares. Con tanto chuzo tamaño piano cayendo a diestro y siniestro por el deshielo del permafrost, las escapadas a Chamonix & Co. ya no están en las primeras posiciones de los top 40 y la peña, esa es una impresión absolutamente personal y, por tanto, sujeta a error, se monta unas escapadas del copón bendito, que nada tiene que ver con el cupón de la ONCE pero que a más de uno le vendría bién pa' pagarse tamañas saliditas de fin de semana.

Eso de la modestia quedó abandonado en el fondo de un cajón y algunos se están trabajando un currículum que ya le gustaría a Marco Polo.

A un rabioso servidor se le pone la cara de "pomes agres" a pesar de que -trata de arrancarlo, Carlos- intenta por todos los medios disimular con una sonrisa de entre perplejidad y admiración, tanta combinación escalo-exótico-aventurera.

Sin ir más lejos, el otro día en una cena / mariscada en Sants, junto a la plaza Osca, los compis apresurábanse a contarnos a los que nos quedaremos por aquí (porqué ya lo decían nuestras madres -"ai, fill, ai!"-) los fantásticos viajes que preparan en sus pesados petates. Hay un par que un día cualquiera marchan a Madagascar. Se ve que les gustó la peli. Otros dos tenían en mente las Dolomitas, pero al final, gracias a una suculenta e irresistible oferta, se han decantado por Ecuador. Eso -no quiero ensañarme conmigo mismo ni con los que se encuentran en una situación parecida-, sin mencionar a los cuantos que vuelven al ianqui, a uno que está pensando en pirarse a algún lugar de Asia -"la India, quizá"-, o a los afortunados que se han enrolado / montado en una expedición.

Entre gamba y berberecho, alguien en una situación parecida a la mía me sonríe y me interroga: "I tu i jo què?". Hay que joderse, pienso para mis adentros, y para seguir con el disimulo le digo: -A mi eso de volar me da repelús, o sea que habrá que improvisar un viaje escalo-exotico-aventurero al Pirineo, no?