Donde se habla de todo lo referente al animal humano que gusta / depende por completo de la vertical y de las consecuencias vitales de dicha adicción y demás locuras, manías, estupideces y ocurrencias un día cualquiera.

Llega el verano y muchos menos de los que quisieran cruzan el charco hacia las "escaladas de salón" más largas y más guapas del mundo. Y es que en Yosemite es difícil pasarlo mal. Lo tienes todo al alcance de la mano -como en el salón de tu casa- y excepto por la dificultad inherente a la ruta escogida -que puede ser mucha- y por las tormentas de verano, es probable que en la hamaca lo único que te falte sea la tele o el portátil.

Es probable que depués de una de esas escaladas tremendas a alguno se le acercara ese friqui cincuentón que desde su furgo fotografiaba a todo el que se paseaba por la tapia. Tom Evans, ingeniero jubilado con formación militar, un hijo y una pasión enfermiza por la restauración de unos bugas acojonantes, se ha hartado a revelar diapositivas año tras año. Diapositivas de tipos a los que no conocía escalando las rutas del Cap, día tras día y metro a metro. Evans te cazaba en la tapia con su teleobjetivo de 80 milímetros y luego confiaba en cazarte de nuevo en el Camp 4, o en la base de la pared.

Hey guys, you're the ones on the Shield, don't you? -- Nos espetó Evans a Tochín y a mi, antes de que pudiéramos tirar al suelo el puto petate, junto al coche, en la base de la pared.

Lo primero que piensas cuando te muestra las hojas llenas de diapositivas plastificadas es que el tipo ese va a hacer el agosto vendiéndote unas fotos que no le habías encargado de antemano. Lo piensas hasta que ves las fotos. Entonces se te pasa y pagas lo que manda, que no es mucho. Y el negocio le funcionaba, a pesar de que un día leí no sé dónde que los increiblemente simpáticos rangers le habían chapado el negocio, detención y multa monumental incluídas.

Sea como fuere, la net también ha dado su oportunidad a Evans y el producto resultante es un delirio para los enamorados la zona. Jubilado, Evans confiesa estar pasando los mejores años de su vida. En el valley, donde pasa temporadas larguísimas -envidia insana de tipos rastreros como menda-, le conocen todos. Sigue con sus fotos y ha abierto un blog formidable en el que se puede seguir la evolución de las cordadas casi a diario, con sus ya famosas fotos, comentarios, alguna anécdota, fotos históricas y demás. Si os paseais por ahí, a ver si le dais ánimos, que el currazo lo merece.